Haciendo historia

Como todos los años desde hace ya 30, la WWE nos brinda como inicio del camino hacia Wrestlemania el que probablemente sea el combate con estipulación más icónico y esperado de la historia del pro wrestling, el Royal Rumble Match.Y no se me ocurre mejor manera de celebrar el trigésimo aniversario de esta genial idea que con el primer Royal Rumble femenino de la historia, un paso tremendamente importante para el pro wrestling femenino del que a mi juicio, no se está hablando tanto como debería. Veamos el porqué.

En primer lugar, es evidente que la exposición de la división aumentará por el combate. Una hora da para mucho. Es de esperar que en ese tiempo puedan preparar varias historias, sobre todo teniendo en cuenta que las campeonas no parece que vayan a ser incluídas en el combate, aunque es probable que se vean involucradas de algún modo. Aún así su presencia será testimonial, y confío en que aparte de dar un gran push a la vencedora haya más luchadoras que salgan o bien directamente impulsadas o bien involucradas en alguna rivalidad para desarrollar más adelante.

Y es que, como he dicho, todo el roster de ambas divisiones estará presente (salvo lesiones como la de Paige, según hemos podido leer recientemente). Cada mujer tendrá al menos la posibilidad de bajar la rampa y entrar al ring mientras los focos la señalan y procurar cautivar al público durante el tiempo del que disponga en uno de los cuatro grandes eventos de WWE, todas y cada una de ellas podrán disfrutar de su (pequeño o grande) momento de gloria. En un combate icónico, preparado para que la gente disfrute y no como una excusa para que la gente vaya al baño o a por palomitas. Y todo el roster es poco más de la mitad de las 30 mujeres que participarán; leyendas, gente de NXT, agentes libres y quién sabe qué más esperar. Y todas ellas (bueno, puede que todas no) con el objetivo de poner over a las supuestas estrellas de la compañía.

Pero el Royal Rumble es mucho más que una hora de importante exposición para el talento femenino de la empresa, la última luchadora en permanecer sobre el ring se habrá ganado un combate titular contra una de las dos campeonas femeninas de la WWE en el mayor evento anual que se produce en la industria del pro wrestling. Y no haría de esto un párrafo aparte si no lo considerase importante, porque espero que por primera vez en estos últimos 10 años se produzca un combate tradicional (lo que sería un una contra una) por el campeonato femenino de WWE en Wrestlemania. Y que por primera vez en la historia tengan mas de 10 minutos para desarrollarlo. Sea como fuere espero que la empresa le de a una victoria como esta la importancia que merece.

Y he dejado para el final lo que a mi juicio es lo más importante de todo cuanto es influido por este magno combate. No es el combate, ni es la oportunidad conseguida para Wrestlemania. Lo más importante vendrá después de todo eso, cuando ya nos hayamos olvidado del combate. Porque si hay algo más importante que el primer Royal Rumble femenino de la historia es el SEGUNDO Royal Rumble femenino de la historia. Porque anunciar el combate de este año trae implícito el hecho de que la idea es hacer otro el año que viene. Y otro al siguiente. Y así todos, como su homólogo masculino. Este anuncio es el compromiso formal de la empresa para seguir trabajando en su división femenina, lo que es más necesario que el rumble en sí (aunque anunciarlo no genera tantos aplausos, ¿verdad Steph?), ya que es probable que el año que viene metan muchos menos retornos por la pérdida del factor sorpresa. En mi opinión el año que viene cada roster debería contar con unas 15 luchadoras para que dos peleen por el título de su marca y todavía quede la esperanza de que alguna no llegue a ser incluida en la lucha. De cualquier manera tengo claro que independientemente del espectáculo que brinden este año el año que viene esperaré más y mejor, así que tendrán seguir trabajando en esa dirección, porque estoy seguro de que como yo hay miles de aficionados que esperan que todos los pasos se den hacia adelante.

Sí, la división femenina ha dado un montón de pasos para reivindicar su trabajo y dejar de ser solo un conjunto de modelos haciendo peleas de gatas (os quiero recordar las peleas a desnudarse, las peleas de almohadas o en el barro e incluso aquel infame combate extremo con tablas de planchar en lugar de mesas). La igualdad queda muy lejos, pero sin duda pasos como este Royal Rumble femenino son exactamente lo necesario para mejorar no sólo la división femenina, sino también el producto en general; porque como sabemos los gallegos: en la variedad está el gusto.

Y vosotros, ¿qué esperáis del Royal Rumble femenino?